Hola, me llamo Lucía C. Hernani, y esta es mi revista personal. Me gusta denominarlo así, me hace ilusión. La palabra «revista» me recuerda al olor de las papelerías de cuando era pequeña. De una del centro del casco antiguo de mi pueblo, concretamente. De un lado era papelería y librería, y del otro, zapatería. Chulísima la verdad.

Sobre el tema de la revista, bueno, cuando WordPress me ha pedido una pequeña descripción sobre mi nueva web, que acabo de crearme esta misma noche, he dicho que era una revista de artículos de opinión con un enfoque sociológico. O sea que supongo que de eso se trata esta revista digital; de mi opinión, enfocada sociológicamente. Casi nada, ¿eh?

En fin, al grano. El nombre de «Sociología de calle», y su consecuente dominio, los registré allá por el 2021, estando de intercambio universitario en Colombia, y muy indignada con todo lo que estaba ocurriendo entonces: El parón de 2021. Así lo llamaron. Una «época», por llamarla de alguna manera más amplia, en la que el país se echó a las calles a protestar contra un proyecto de reforma fiscal, en su inicio, y otro proyecto de reforma sanitaria, un par o tres días después del comienzo de todo aquello. Pero esto me parece que lo explicaré mejor en un próximo artículo de esta, mi revista sociológica ;).

Estoy aquí, sentada en el comedor-cocina de mi madre, a las 1:37h de la madrugada, porque esta tarde noche, mientras me hacía unos fideos con tomate y queso manchego y escuchaba un episodio del pódcast «De eso no se habla», he tenido un despertar. A ver, me explico.

Hace semanas, incluso diría que un par de meses (soy de esas que dice «el otro día» y se refiere a hace tres años), que estoy planteándome dejar mi trabajo. Yo estudié sociología en la muy prestigiosa, pero más fabulosa, Universitat Autònoma de Barcelona. Pero antes de graduarme, caí en las fauces del marketing digital. Empecé como becaria, me gustó, porque como veis me gusta el tema de las páginas webs, me hice un postgrado después de graduarme sin honores en 2022, y aquí me hallo. Asalariada en una agencia a la mañana, y autónoma con algún que otro cliente a la tarde.

Pero empiezo a creer que este sector no es, realmente, para mí. Desde el otro día, echo mucho de menos la sociología. Romperme el coco, leer, releer, subrayar, y debatir ensayos infumables. Indignarme. Contradecir a cualquiera que se me presentase con argumentos mediocres y populistas. Dar cátedra a quien no me lo pide. Incomodar mediante la palabra. Eso es. Incomodar. Mi afición número uno.

Bien pues, escuchando, como decía, uno de los tan geniales episodios de Isabel Cadenas Cañón y su equipo, he decidido retomar este proyecto, Sociología de calle, que no nació de ningún otro lugar sino de la indignación, la incomodidad, y las ganas de expresarme libremente. Porque, ¿qué es la sociología, sino una libre reflexión de cualquier incomodidad indignante?

 

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